Pittosporum, también llamado Pitósporo, pertenece a la familia de las pittosporaceae y encontramos su origen en china y Japón. Es un arbusto perenne de crecimiento muy rápido, ideal para hacer setos o crear pequeños bosquecillos en el jardín. Cuando llega la primavera, se viste de unas pequeñas flores blancas de un agradable e intenso olor a azahar. Le gusta mucho el sol y el clima cálido, pero también lo podemos poner en zonas de semi sombra. Aguanta bien el frío por lo que a lo largo de la historia ha sido el sustituto de los cítricos por su aroma en las zonas frías, pero si las heladas son muy fuertes y persistentes mejor protegerlo del viento. Se adapta bien a los suelos salinos, pero para evitar debilidades y plagas mejor los que tienen un buen acolchado de mantillo. En las zonas húmedas debemos de evitar los riegos extras. Aguanta bien las podas topiarias pudiendo hacer con él decoraciones en solitario o paredes naturales muy tupidas, pero su porte natural redondeado con sus suaves y tortuosas ramas lo convierten en una de las especies más utilizadas en los jardines clásicos.