Hemos terminado un pequeño jardín de especies suculentas situado en la entrada de invernadero grande, sus limitadas dimensiones 2×3 mt. nos condicionaba su diseño pero al mismo tiempo nos ofrecia la oportunidad de crear un cuadro vivo.
Para el bordillo delimitador del jardín hemos empleado una vieja traviesa de ferrocarril que termina en un pequeño desnivel semicircular realizado con lajas de piedra, los otros dos lados corresponden a las paredes del invernadero y el cuarto al pasillo por donde entramos. Hemos creado un pequeño desnivel separado por las piedras planas para conseguir un mayor realzado de las especies del fondo.
El arco del desnivel se va abriendo conforme vamos entrando por el pasillo así conseguimos una mayor visual de apertura del espacio, entre las juntas de las piedras hemos introducido alguna planta tapizante de acento (mesenbryanthemun y huernias) . Para la cobertura de la jardinera hemos empleado corteza de pino de la más triturada y para el imprescindible hilo conductor de las dos zonas canto rodado de color azul claro, que arranca en la entrada y termina en la parte superior donde hemos plantado una espina de Cristo ( Euphorbia milli) con lo que de esta manera aseguramos un recorrido visual por todo el jardín. La euphorbia de momento se queda medio escondida por un Áloe ferox, aunque gracias al intenso tono rojo de sus flores destaca sin problema. Es este increíble Aloe ferox y un Kalanchoe beharensis gris también conocido como orejas de elefante plantados al fondo de la parte superior los protagonistas de esta composición, los demás aunque en unos años nos llamen la atención serán siempre actores secundarios. Para filtrar la excesiva luz y calor que recibe la zona por las paredes del invernadero hemos plantado detrás de los protagonistas y pegado a la pared una pitahaya roja o fruta del dragón (Hylocereus ocamposis) que iremos guiando y trepando por las dos paredes.
En la parte inferior y a mitad del óvalo que forma la corteza de pino un Kalanchoe beharensis » fang» es envuelto por unas elegantes echeverias de tonos rosados, azules y morados, éstas a su vez las rodean unas hawortias llenas de lunares blancos nos marcan el borde del óvalo de corteza con los cantos claros que asciende a la parte superior.
Es un espacio diseñado de muy bajo consumo de agua para entradas, bungalows, terrazas y personas con poco tiempo libre, un pequeño pero agradecido jardín apto para todos los públicos de muy bajo coste y mantenimiento y fácil de construir.