Este viaje está basado en la descripción de la botánica de las especies de plantas suculentas más características o singulares y sus hábitats mejor conservados alrededor del mundo, en una ruta que en tan sólo cinco días llegará a su destino final, pero antes os vamos a describir una especie, y en concreto a algunos de sus congéneres especiales de todo el Planeta. Hace unas cuantas semanas, en concreto en el día 21 de este viaje, en la Etapa de la Isla de Socotra, os hablábamos de los Dragos y su singularidad en el mundo, especialmente la variedad de Canarias, por lo que no podía faltar la descripción de un par de ejemplares, uno de ellos el más anciano del mundo.
El Drago de la localidad Icod de los Vinos es un ser vivo fuera de lo común, es tan grande y monumental que ya hace más de 100 años lo declararon Monumento Nacional, mide más de 18 metros y tiene más de trescientas ramas principales, el perímetro de tronco en su base es de 20 metros y en época de buena floración emiten más de 1.500 racimos de flores. Su edad al no ser un árbol con crecimiento anillar es difícil de calcularla, algunos autores dicen que cerca de 1.000 años, otros 2.500 y otros 3.000, en lo que sí están de acuerdo todos los científicos, es que por su porte y singularidad es el Drago más anciano del mundo. Si algún día viajan a Tenerife no dejen de visitarlo, nunca lo olvidarán.
En la Isla de Gran Canaria también existen otros cuantos ejemplares dignos de mencionar, entre ellos el que nos manda nuestro amigo y colaborador José Cruz García, que no es otro que el Drago de Pino Santo, que con sus 17 metros de altura es el más grande de la isla y el quinto más longevo. Son auténticos templos vivientes que nos recuerdan la importancia y la belleza de los seres ancianos.
Nuestro colaborador experto en plantas maestras y medicinales, nos manda algunas especies endémicas de aeonium, o la Kleinia narifolia, también conocida como Verode, curioso arbusto formado por tallos ramificados que pierden la hoja en el verano para luego florecer en otoño y volverle despues a crecer las hojas.
Nuestra corta pero necesaria escala en las Islas Afortunadas concluye, esta noche nos subiremos al barco de los sueños para que nos traiga de nuevo a la Península, nuestro viaje lleva una velocidad imparable, pues desde hace un año tenemos una cita en la legendaria Villa de Cocentaina y menos de 5 días para que dé comienzo.
Pero antes aún tendremos una increíble y muy especial parada, la última etapa de este fascinante viaje.