Hemos atravesado el Golfo de México, hemos pasado entre Cuba y Florida y navegando por el Viejo Canal de las Bahamas, hemos contemplando la larga costa de Cuba, los recuerdos afloran cuando visité años atrás esta maravillosa Isla…. El avión después de 14 horas de vuelo y numerosas turbulencias aterrizó en el Aeropuerto Intencional Jose Martí, el viejo reloj marcaba las doce menos cuarto, fuera la oscuridad se atenuada gracias a las viejas farolas de la fachada, numerosos coches americanos de la época de John Travolta convertidos en taxis eventuales esperaban a captar algún turista. A nuestro grupo lo esperaba una guagua salida del maravilloso pleistoceno de las máquinas, realmente y recordando ahora a nuestro amigo José Ramón sobre el significado de los vehículo, que no son otra cosa sino máquinas del tiempo, la guinda la puso el chófer al preguntarle antes de arrancar por el nombre de los gigantescos árboles situados cerca de la parada, pues a pesar de la noche oscura se podían vislumbrar unos enormes troncos e inmensas copas, «encinos, les llamamos encinos y les gustan mucho a los puercos». Tiempo después me enteraría que fueron las encinas que llevaron los extremeños cuando desembarcaron y ocuparon la Isla, no solo se habían adaptado, sino que la especie allí alcanza unas proporciones descomunales, albergando en sus ramas toda clase de orquídeas y tillandsias.
Pero no todo es exuberancia en la isla, también hay zonas muy secas como en toda la zona del interior y oriental, allí podemos encontrar numerosas especies de la familia de chumbera como la Consolea millphaugi, que crece hasta 4 metros y tiene unas palas más finas, alargada y más recubierta de espinas que la chumbera que habitaba en el levante, hace unas flores amarillas o rojas de las que salen también higos chumbos.
Esta especie la pudimos observar este verano bajo los 40° en el jardín botanico de nuestro amigo José Alberto Peñalver, en Campo de Cartagena, junto a más de 200 especies de opuntias, cactus y muchísimas más especies de suculentas, buen proyecto y con mucho trabajo, ánimo.
Rápido avanza nuestro calendario, tan rápido y tan escaso es ya nuestro tiempo que no podemos visitar los paraísos que se divisan desde el barco, pues todavía quedan varios lugares que visitar y una gran Fira a la que cargados de plantas hemos de llegar.
Levar anclas, soltar amarras y arriad las velas, desplegad el trinquete y juanete mayor avante toda, agárrense mis valientes que la corriente del Golfo nos empuja hacia nuestro próximo destino.