Día 48.- Las fascinantes similitudes de nuestros protagonistas
El Señor Philleas Foog se paseaba pocas veces por la cubierta, pero en esta parte del viaje atravesando el mayor océano del mundo y por consiguiente la etapa que más días íbamos a estar a bordo sin pisar tierra, los paseos para ejercitar las piernas se volvían imprescindibles, y así viéndolo pasear, desde la mirada discreta de la imaginación que nos aporta la experiencia y la lectura se vislumbran cada vez más los motivos de nuestra decisión de unir a nuestro personaje, su gran autor y su viaje con las plantas suculentas y nuestra vision de la Fira, aunque al ser esta explicación un poco más larga de lo habitual os la daremos en varias etapas. Empecemos.
Philleas Foog es puntual, estricto y serio, impecable y perfeccionista, educado y cordial, generoso y sincero, frío, distante, previsible, disciplinado, introvertido…, todos estos adjetivos al máximo exponente conforman la personalidad y carácter del protagonista de una de las obras más leídas de todos los tiempos, pues bien, muchos de estos adjetivos sirven perfectamente para definir a la mayoría de plantas suculentas, pues al haber evolucionado en hábitats tan extremos su supervivencia depende de la puntualidad de las lluvias, no pueden regarse en invierno para evitar que se hielen, ni en verano, para evitar que se cuezan, el agua les tiene que llegar puntualmente en primavera y en otoño, son tan estrictas que si tienen más agua de la debida simplemente se mueren. Muchas de ellas son serias, pues están cubiertas de espinas con las que mejor no bromear, impecables, pues nos podrán gustar más o menos, pero la mayoría de especies reflejan pura geometría con unas hojas y tallos con formas, tonos y colores muy definidos y elegantes. En algunos como los astrophitum o alguna especie de mamiliaria, o incluso algunos aloes o aeonium, su geometría es increíblemente perfecta. Son educados, pues es muy difícil que ensucien el jardín con sus hojas o sus flores. Son inmensamente generosas, pues por muy pequeñas o raras que sean, su floración es inmejorable. Estas comparaciones son sólo un pequeño aperitivo de las inmensas cualidades tanto del protagonista de la novela como de la protagonista de nuestro vivero y stand.
Y aquí, en la cubierta del gran vapor, balanceando ilusiones y recuerdos al son del gran océano, nos despedimos hasta mañana.