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Día 4.- Las tres reglas de oro.
 
Alicante – Sicilia
 
Es muy difícil describir la inmensidad y el terror que se puede llegar a sentir al estar asomado por la barandilla de un barco en alta mar por la noche, es como un inmenso, profundo, frío y desconocido vacío dispuesto a tragarse a todo aquel ingenuo que infrinja sus reglas, y es entonces cuando te das cuenta de lo pequeños e indefensos que somos y estamos en la mayor parte del Planeta Azul. Entre el vaivén del barco, las fuertes y colmadas ráfagas de viento y mar y los rugidos insaciables de las olas se comenzó a vislumbrar la Isla de Sicilia. Al rato llegábamos a Catania, nos dirigimos hacia la pedania de Librino. Poco sospechábamos que allí en el polideportivo de Librino donde nos encontrábamos íbamos a aprender las tres reglas de oro para el desarrollo del Ser Humano.

Delante del portón totalmente chamuscado del pabellón nos esperaba nuestro anfitrión, al que por razones obvias llamaremos Don Fellini, estatura media, maduro, recio, tranquilo, de mirada profunda y amable, con paso seguro y ágil. Después de los afectuosos saludos entramos. En el centro municipal entrenaban chicos y chicas, el equipo había llegado a lo más alto de la liga italiana de Rugby y eso a la mafia no le venía nada bien, pero para los chicos y chicas del Briganti Rugby Librino, la derrota ya no cabe en sus vidas, pues ya conocen el infierno del crimen y la droga.

En la cancha y con un par de mesas y numerosas sillas, el numeroso grupo de integrantes de la Caravana Sin Fronteras escuchábamos atentamente las palabras de D.Fellini;

1°- Sin inteligencia no hay independencia, debemos de leer y aprender a lo largo de toda nuestra vida, cuanto más sepamos menos nos podrán manejar y engañar «El tesoro más valioso de una persona son sus ideas propias»
Y para ello tenían una estupenda biblioteca.

2°- Nuestro cuerpo es el templo más sagrado que podemos tener, pues sin él ni la propia vida es posible. Tenemos que respetarlo y cuidarlo.
Y para ello tenían un casero pero completo gimnasio.

3°- Una persona tiene que saber cultivar su propio alimento, por lo menos una temporada en la vida debe de ser capaz de producir su propia comida, pues sólo de esta manera aprenderemos realmente a ser libres.
Y para ello tenían sus huertos.

«Por muy oscuras y frías que sean las noches, después siempre viene un amanecer brillante y claro»
Gracias Briganti Rugby Librino, fue toda una lección de la vida el conoceros.

Adelante tigres, nunca podrán con vosotros.

La mafia a quemado varias veces el pabellón de deportes, pero jóvenes y mayores siguen entrenando.

Fue un viaje donde quedo muy claro la importancia de saber cultivar los alimentos que consumimos.

os huertos muy parecidos a los de las imágenes estaban cultivados por vecinos del barrio dentro del recinto del polideportivo.

Librino esta muy cerca de Catania y es donde se encuentra su polideportivo gestionado por vecinos y familiares de los deportistas.
Al fondo en un enorme mural un león arroja lava como si fuera el Etna.