Día31

Día 31.- Agua, vida, energía
 
Allahabad es la ciudad donde nuestros aventureros llegan en elefante después de rescatar a la joven Princesa Aouda de las llamas cuando la iban a incinerar viva con el cadáver de su anciano esposo, en este capítulo queda de manifiesto que el Sr. Phileas Fogg tiene muchísimos valores y principios aparte del juego o su orgullo, y que hay que estar como dicen en mi pueblo a las duras y a las maduras. De esta ciudad arrancaba de nuevo la línea del tren que los llevaría siguiendo durante un buen tramo el sagrado río Ganges hasta la ciudad donde Buda fundó el budismo hace ya más de 2.500 años, siendo desde entonces la ciudad más sagrada de la India y de esta religión. Desde entonces millones de peregrinos se bañan y queman los cuerpos de sus fallecidos a lo largo del río sagrado.
Como todos sabemos, las plantas suculentas son aquellas capaces de guardar el agua en sus hojas, tallos y raices, pues entonces aprovechando el río sagrado y las plantas guarda aguas, hablemos del agua.
Hace unos cuantos años tuve la ocasión de acudir a unas jornadas sobre ecología del agua que se celebraron en la sorprendente ciudad de Ourense, la estrella invitada era el célebre japonés llamado Masaru Emoto, autor de numerosos libros y estudios sobre el comportamiento molecular del agua. El investigador afirmaba que según las energías con que se tratase al agua, sus moléculas eran capaces de variar su forma geométrica, cuanto más puras y positivas, las energías pues más compleja eran su estructura, y que como nuestro cuerpo está compuesto de más de un 70 % de agua, cuanto más pura sea este agua más sano estará nuestro cuerpo, en su conferencia habló del carácter sagrado y cósmico del agua, que nos formamos en agua y que ningún ser vivo puede vivir sin ella, que cada molécula de agua es un código lleno de información capaz de viajar por el universo en la cola de los cometas en forma de hielo, y que a través de esa información y que cuando se deposita en un planeta con las condiciones adecuadas, sea la propia portadora y transmisora de la vida… el sagrado río con sus difuntos quedaban atrás, los pensamientos me llevaban a la necesidad urgente que tenemos como especie de entender que cualquier río es sagrado… Los inquietos pensamientos y el traqueteo del tren acabaron por derrotarme y dormirme hasta Calcuta, pero esa es otra historia…